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Por José María Brull

Llega el momento de ocuparnos de otros rasgos de idfentidad de la novela negra. El tiempo, el espacio, la cadencia de la narración y especialmente, el objetivo de un género que creció mostrtado las zonas oscuras detrás de los brillos del lujo,.

AMBIENTACIÓN (localización geográfica)

Si tradicionalmente los escenarios de las novelas negras han sido las grandes ciudades (el Paris de Simenon o el Los Ángeles de Chandler), de hecho en nuestro país los dos escenarios más habituales han sido Madrid (Juan Madrid, Martín Casariego, Carlos Salem) y Barcelona (Manuel Vázquez Montalbán, Francisco González Ledesma, Andreu Martín, Aro Sáinz de la Maza), hay una corriente actual a salirse de esos caminos trillados para localizar la acción en ciudades más pequeñas, ya sean reales (Vigo – Domingo Villar-, Las Palmas de Gran Canaria –Alexis Ravelo-, Valladolid –César Pérez Géllida-, Cádiz –Benito Olmo-, Zamora –Eduardo Fernán-López-, Granada –Men Marías-, por poner algunos ejemplos) o inventadas (Breda –Eugenio Fuentes– o Illumbe –Mikel Santiago-). Ahora tenemos a varios escritores especialistas en crear sus localizaciones en ambientes rurales, lo que ha dado en llamarse “rural noir”: aunque Francisco García Pavón ya lo hacía allá por los años 60 y 70 con sus novelas localizadas en Tomelloso y alrededores, actualmente Eugenio Fuentes, Marto Pariente o Luis Roso son exponentes de este nuevo “subgénero”.

AMBIENTACIÓN (histórica)

La gran mayoría de novelas negras narra hechos ocurridos en el presente (en el presente del autor, claro), no en vano uno de los objetivos o de las características del género es el análisis (y, normalmente, la crítica) de la sociedad del momento. De hecho, en este punto es donde más se puede apreciar el paso del tiempo en las novelas: no todas envejecen igual de bien. Leer ahora a un escritor que publicó hace,pongamos por caso, 50, 60 ó 70 años, resulta siempre curioso y llamará la atención el lenguaje, el racismo y/o el sexismo implícitos en la sociedad que se plasma en la novela. También ocurre que la manera en la que la policía, los políticos o en general quien ostentaba el poder ejercía sus abusos nos puede parecer ahora algo burda o exagerada (y es que ahora esos abusos, que por supuesto siguen existiendo, se ejercen de una forma, digamos, más sutil).

En cuanto a esta ambientación histórica de las novelas negras, comentar que nos encontramos con un “nuevo” subgénero (nuevo es el nombre, existir han existido siempre): el “totalitarian noir”, referido a las novelas ambientadas en regímenes totalitarios (Philip Kerr y sus novelas en la Alemania nazi, Luis Roso y sus novelas ambientadas en la España franquista, Qiu Xiaolong y sus novelas ambientadas en la China actual…).

ESTILO

Aunque durante mucho tiempo (de hecho, hasta hace bien poco) el género policíaco-negro no estaba demasiado bien considerado por los puristas de la literatura (ellos se lo perdían), nos encontramos dentro del género con una diversidad enorme de estilos, cada uno de ellos adaptado al tipo de historias que se quiere contar. Si se me permite el símil pugilístico, tenemos un amplio abanico que va desde los más “finos estilistas” Félix García Hernán, Elia Barceló, Luis Roso, Eugenio Fuentes, Víctor del Árbol o Rosa Ribas hasta los “poderosos fajadores” (más directos e incisivos) Paco Gómez Escribano, Jordi Ledesma o Rafa Melero Rojo, pasando por autores con estilos originales y personalísimos que se salen, cada uno a su manera, de los cánones del género (Diego Ameixeiras, Esther García Llovet, Miguel Á. González, Carmen J. Nieto, David Llorente). Cada uno cuenta la historia como le da la gana (que para eso el libro lo escribe él). A los lectores nos valen todos, siempre que sean buenos. Como ya he dicho, lo único que no perdonamos es la mala calidad y los fallos en las tramas.

RITMO

Vivimos en un mundo en el que la inmediatez lo es todo, en el que ya no vemos películas de dos horas porque en una serie de 25 minutos te pueden contar lo mismo, en el que el ritmo de nuestras vidas va cada vez más acelerado. Esto, obviamente, también ha afectado a la novela negra, y han aparecido novelas con “formato serie de televisión”, con capítulos breves que funcionan como una serie, en el sentido de que finalizan con una invitación a leer de inmediato el siguiente. Señoras y señores, bienvenidos al “thriller”, una novela que no da tregua al lector, con un ritmo endiablado, con una tensión narrativa enorme, que deja en segundo plano el estilo y a los personajes y da todo el protagonismo a la trama y al ritmo. Susana Martín Gijón, Carmen Mola, Santiago Díaz, Toni Hill, entre muchos otros, nos mantienen en tensión permanente. Ojo, que esto no significa que otras novelas negras no tengan ritmo (que lo tienen, de hecho una novela negra sin ritmo narrativo pierde gran partede su razón de ser), pero te dan un poco más de respiro.

FINAL

¿No te ha pasado que estás leyendo una novela que te está pareciendo excelente y de repente se desinfla al llegar a las últimas páginas? ¿Qué el desenlace no está todo lo cerrado que te gustaría, que deja demasiados cabos sueltos? Y ya no me refiero a que el “malo” sea ese personaje con el que te habías encariñado. O que de repente asesinen a tu personaje favorito de la novela. Me refiero a que no te cuadra la explicación final, o que el autor se ha marcado un Deus ex machina que te deja absolutamente indiferente

(NOTA. Deus ex machina, literalmente “el dios de (que maneja) la máquina”, hace referencia a que la novelase resuelve gracias a un truco “sucio”, como es introducir al final de la novela un elemento o personaje –real o sobrenatural- que no se ha mencionado con anterioridad y sirve para explicar toda la trama). Señoras y señores escritores de novela negra: a los lectores no nos gustan los Deus ex machina, nos da la impresión de que nos han tomado el pelo.

Pues eso, que un buen final puede arreglar una novela mediocre. Un gran final puede convertir una novela buena en una excelente. Pero un mal final puede arruinar una novela, sea excelente, buena, regular o mala. Y como hay tantos finales espectacularmente buenos en la literatura negra, pues sabemos cómo va la cosa y somos exigentes con los finales. Nadie dijo que esto fuera fácil.

CRÍTICA AL SISTEMA

La novela negra ha llevado siempre implícita una crítica al poder establecido, a la corrupción, al poderoso. La literatura en general, al igual que la música o elcine, han cumplido ese papel, pero en la novela negra las tramas han permitido a los autores poner en boca de sus protagonistas palabras mucho más directas y más duras que en otras artes. Me atrevería a decir que en una novela negra se cuentan muchas más verdades que en cualquier medio de comunicación. Eso sí: escritoras y escritores, por favor, no subestimen la inteligencia del lector, somos suficientemente sagaces (por eso leemos novela negra), cuéntennos las cosas, pero no hace falta que nos digan qué tenemos que hacer para ser buenas personas, somos capaces de extraer conclusiones sin necesidad de que las saquen ustedes por nosotros, no caigan en el mismo error en el que cae alguna de las últimas novelas de dos grandes (a pesar de ello) como Camilleri y Markaris.

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