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Ayer publicábamos un artículo del coordinador de Real Noir, el novelista Carlos Salem, abriendo un debate (quizás artificial, o quizás no) sobre la propia definición de la novela negra. La intención era clara: poner sobre la mesa esa pregunta que miles de veces escuchan autoras y autores de novelas de género negro criminal, y esperar la respuesta y opinión de quienes más saben, porque más y mejor hacen.

El primero en recojer el amigable «guante» ha sido nada menos que Paco Gómez Escribano, uno de los autores más originales del panorama actual, cuyas obras beben de las fuentes tradicionales pero no renuncian a incorporar nuevos elementos para narrar el aquí y ahora.

Os dejamos con él.

Buenas, Carlos y resto de posibles lectores y compañeros.

Yo, sinceramente, nunca he entendido tal debate. Según mi punto de vista, la novela negra es una escisión de la novela enigma. Poe marcó la pauta de una trama basada en la resolución de un misterio en el clásico y famoso relato [Los crímenes de la calle Morgue]. Llegado un momento (1920) Daly y Hammett empezaron a crear otro tipo de relatos con unos detectives no tan racionales ni deductivos, sino más intuitivos y violentos. Había cosas en común todavía con la novela enigma, como la comisión de un crimen o la p

 

ropia figura del detective. Burnett cambia esto y escribe relatos en donde los protagonistas ya no son los detectives y la trama no consiste en la resolución de un enigma. Chandler conserva el detective, pero dota de estilo al nuevo subgénero y nos muestra las calles y Marlowe sirve de plantilla para detectives posteriores. La novela negra tiende a prescindir del detective y de los policías, pero estos no llegan a desaparecer del todo, sino que se transforman. Ataúd Johnson y Sepulturero Jones, incluso los policías de la comisaría del distrito 86, no son los clásicos policías de Scotland Yard. Las novelas de Thompson o de Goodis no se parecen en nada a las novelas victorianas de Holmes. De hecho, son tan distintas que podemos decir que no pertenecen al mismo género sin temor a equivocarnos. Por tanto, hay dos claras tendencias con numerosas ramificaciones. A quien le interese aprender, hay numerosos ensayos y webs, más en inglés que en español, pero incluso si no se sabe guiri con el traductor de Google se puede uno apañar.
Concluyendo, no entiendo el debate que hay siempre, y mucho menos los enfados de algunos escritores cuando alguien les dice que no hacen novela negra. Es como si dijéramos a David Llorente o a mí mismo que no hacemos novela enigma y nos enfadáramos. Claro, Juan Gómez Jurado no hace novela negra, de la misma forma que Diego Amexeiras no hace novela enigma.
Yo pienso que la confusión puede venir por la utilización del término «novela negra» que hacen los festivales y las editoriales. A menudo se ha designado y se sigue designando al todo con el término «novela negra», lo cual ha sido un error, visto lo visto.
Abrazo.

Paco Gómez Escirbano.

@gomezescribano

 

 

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